Algunas pistas que te pueden ayudar son:
- Lo que has hecho ante algún problema o relación no ha funcionado.
- Te sientes sobrepasada/o por el problema o situación.
- Tienes síntomas físicos: cansancio, enfermedades continuas, estrés, etc.
- Tus hábitos cotidianos están alterados: comer, dormir, descansar.
- Sabes que necesitas tomar decisiones y las has pospuesto.
- Intuyes o ves claramente que algo no encaja, no acaba de resolverse.
- Te sientes desconectada/o de ti, de lo que vives, de las personas, de la VIDA.
- Tienes pensamientos que te molestan o te llevan a la tristeza, a estar molesta/o, o a sentirte impotente.
- Tienes pesimismo ante el futuro.
- "Es como si vieras todo negro"
- Intuyes o ves claramente que algo ha llegado a su fin y necesitar pasar a otra etapa.
- Has tenido alguna pérdida importante: divorcio, muerte, separación, etc.
- Deseas conocerte.
- Deseas plantearte metas porque estás viviendo algunos cambios.
- Sientes que necesitas reorientar tu vida en algún sentido.
- Te cuesta aceptar que no puedes sola/o.
Basta que estés experimentando alguna de estas vivencias para que pienses en la posibilidad de realizar un proceso de terapia que puede ser corto y muy focalizado en una problemática definida o área en la que quieres crecer.